Erase una vez un hombre, al que le gustaba tanto la lectura, que cuando leía se metía tan dentro de las historias que parecía vivirlas. Por ello la lectura era, para él, toda una aventura..."
Un día decidió contar sus historias a todas aquellas personas que se las quisieran escuchar. Y para darles vida se ayudaba de las cosas que le rodeaban; a veces también creaba a los personajes de sus fantasías, modelándolos o tallándolos con sus manos.
El espectáculo "Una Historia con mucho Cuento" contiene cuatro historias ("El muñeco de papel de periódico que solo sabía historias tristes"; "El espantapájaros que quería bailar"; "La niña que buscaba el lugar donde vive el tiempo"; "La princesa que a todo decía: bien puede ser.") contadas empleando diversos recursos teatrales: la interpretación del actor, el uso de la máscara y la utilización de diferentes tipos de títeres