Encargo para el espectáculo “Anónimo” de Hilo Producciones y Teatro del Cuervo.
Se trataba de crear dos títeres habitables (en los que el actor debe ocultarse dentro del títere para moverlo) cuyo rostro fuesen dos calaveras: una con el aspecto de la muerte y la otra un tanto alegre.
El tamaño de estos dos personajes debía ser mayor al de una persona. Las manos debían ser las del manipulador por lo que el títere tenía que sujetarse sobre el cuerpo del actor, pero el ponerlo y quitarlo debía hacerse de una forma rápida para el cambio en escena.